Sólo la música que me gusta, me llega, me parece necesaria. Toda esa música que, con frecuencia, los medios se empeñan en impedir que escuchemos, pese a que, con mucha frecuencia, es la más valiosa.

miércoles, 29 de junio de 2011

Jacques Canetti, el padrino de 'la chanson' (IV)



Cuando, en 1963, Jacques Canetti inicia su carrera como productor independiente tiene ya 54 años, de los cuales 34 los ha dedicado infatigablemente a su pasión por la música. Otro en su lugar estaría cansado, además de desencantado por el signo de los nuevos tiempos, pero él es, por naturaleza, un entusiasta, un creyente apasionado en el principio –cada vez más discutible- de que la calidad se impone tarde o temprano.

El trabajo de un productor discográfico independiente estaba entonces aún por inventar, pero el tenía su infalible olfato, su conocimiento profundo del medio y los contactos necesarios para salir adelante. En la medida en que todos sus 'descubrimientos' precedentes tenían ya contratos con casas discográficas él debe seguir su búsqueda de talentos. Y ya no es tan fácil. No sólo están cambiando los gustos del público (cada día más mayoritariamente integrado por los jóvenes del 'baby boom' de la posguerra), sino que los nuevos creadores francófonos se mimetizan también con la onda anglosajona.



Adamo o Michel Polnareff tienen un incuestionable talento, pero lo que escriben ya en nada se parece, ni en la forma ni en el fondo, a aquella simbiosis mágica entre el music hall y la 'cave' existencialista que había dado a luz a una generación asombrosa de cantautores. Ni el valor literario, ni el musical ni el ideológico de las canciones de los nuevos talentos logra conmover al hombre que había apadrinado la genialidad de Brel, Vian o Brassens, entre otros. Pese a ello, Canetti alcanza a descubrir y dar su primera oportunidad a dos artistas de genio, como Brigitte Fontaine o Jacques Higelin.



En su búsqueda afanosa descubre un filón casi inexplorado, el de los actores/actrices que cantan y cantan muy bien. Fichajes como el magistral Serge Reggiani o la ecléctica Jeanne Moreau constituyen un éxito muy importante. Y no son los únicos: Simone Signoret, Michel Simon o Pierre Brasseur son algunos de los nombres relevantes del cine y el teatro francés que graban para 'Les productions Jacques Canetti'.
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Jacques Canetti murió en 1997, a los 88 años de edad, pero sus hijos, Françoise y Bernard, que la venían apoyando en los últimos años, recogeron la antorcha. Hoy 'Les productions Jacques Canetti' sigue siendo un ente vivo y su catálogo constituye no sólo una elocuente referencia de la fecunda actividad de su fundador sino también una tentación para los amantes de la 'chanson', dado que atesora grabaciones 'históricas' descatalogadas y recoplilaciones de poemas musicados de Prévert, Eluard y otros poetas.


Por alguna razón, Francia, tan halagüeña con las figuras de la cultura propia y ajena y tan generosa con su 'Legion de honor', no ha reconocido nunca a este hombre su contriibución decisiva a crear un momento histórico único para la canción francesa. Tal vez ello se deba a la discreción y la modestia que caracterizaron siempre a Canetti, que prefería quedar en segundo plano. Ciertamente ´él no fue el creador del talento que poseían aquellos a los que apoyó, pero muchos de ellos no habrían podido evidenciarlo ni madurarlo sin su ayuda. Canetti apadrinó a una promoción de ACI (Autores Compositores Intérpretes) excepcional porque fue el primero en reconocer la excepcionalidad de cada uno. Figuras como la suya son impagables. Todos los países necesitarían su Canetti.

Continuará.

Nota: Lo que publicaré mañana será, básicamente, un apéndice en el que intentaré dar su sitio a algunos de los 'ahijados' de Canetti cuyas creaciones no he podido incluir hasta ahora por falta de espacio.

1 comentario:

tali dijo...

Acabo de descubrir su web, y decirle: felicidades. No solo la pondré en favoritos, si no que la enviaré a vari@s amigos que están enamorad@s, como yo, de la lengua francesa.